De acuerdo con un reporte del periódico Proceso, en días recientes han sucedido diversos hechos violentos que han provocado el desplazamiento de alrededor de 300 personas en el municipio de San Esteban Atatlahuca (estado de Oaxaca). Los desplazados refieren que el día 23 de octubre, un grupo de cerca de 200 personas atacó a las comunidades Mier y Terán, Ndoyonoyuji y Guerrero Grande, en ese municipio. Los atacantes saquearon casas y luego las incendiaron; portaban drones y armas de grueso calibre.
De acuerdo con lo relatado por las tres comunidades afectadas, han experimentado abusos relacionados con la protección de sus tierras desde al menos 2003, cuando la comunidad de Ndoyonoyuji se opuso a la extracción de madera de los bosques comunales supuestamente para beneficio de personas ajenas a la comunidad. En 2006, dos de sus miembros fueron encarcelados en relación con este conflicto. Sin embargo, la violencia se recrudeció desde el pasado 21 de octubre, cuando fueron asesinados los padres del agente municipal de Ndoyonoyuji. De acuerdo con personas desplazadas de esta comunidad, ese día fueron quemadas 25 casas y al día siguiente se incendiaron más; ellos calculan que podría llegar hasta 100 el número de hogares destruidos. En este momento desconocen la situación precisa, ya que, por miedo, no pueden volver a la comunidad.
Dibujo de un niño desplazado. "Quemaron mi casa, mis libros y mi ropa".
Esto sucede en un contexto generalizado de violencia para los defensores del ambiente y de los derechos humanos, especialmente si son indígenas. México es el segundo país más peligroso para el activismo ambiental, de acuerdo con un artículo de Reporte Índigo publicado a principios de este mes, con 30 asesinatos tan solo en 2020. El medio informa que casi un tercio de los ataques a defensores de la tierra tuvo relación con la explotación forestal y que la mitad fueron dirigidos a comunidades Indígenas. En 2020, Cultural Survival documentó 56 asesinatos, 11 desaparecidos y 23 ataques violentos sobre defensores Indígenas de derechos humanos y de la tierra en los países en América Latina donde trabajamos, incluyendo 8 en México.
En la ciudad de Tlaxiaco, hay un aproximado de 180 personas desplazadas de todas las edades, refugiadas en las instalaciones de un instituto del gobierno. Se piensa que entre 60 y 80 personas más podrían estar refugiadas en casas particulares de otras localidades y en los bosques cercanos, enfrentándose a condiciones climáticas adversas. Además, podría haber personas resguardadas en la iglesia de Mier y Terán. Las familias desplazadas tuvieron que salir huyendo ante las detonaciones y el saqueo y quema de sus viviendas; perdieron sus bienes, incluyendo su ganado y cosecha.
Hasta el miércoles 27 de octubre, víctimas y medios de comunicación estimaban entre 5 y 7 la cantidad de muertos por estos hechos violentos; 2 eran de la tercera edad y 1 fue encontrado con impactos de bala y huellas de tortura. Víctimas de Guerrero Grande reportan que 11 de sus compañeros están desaparecidos; víctimas de Ndoyonoyuji calculan que habría un total de 17 personas desaparecidas o muertas. Temen que algunos de ellos podrían haber sido calcinados, ya que el Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas (Cedhapi) reportó el hallazgo de restos durante una visita a las casas incendiadas.
Guerrero Grande
Las víctimas denuncian que la cabecera municipal no ha respetado sus derechos territoriales y que tampoco se han respetado los acuerdos de diálogos anteriores con el gobierno del estado, por lo que ahora piden diálogo con el gobierno federal. También refieren que han sufrido persecución y encarcelamientos desde hace varios años por denunciar la tala de los bosques, la proliferación de aserraderos y el daño a una zona sagrada en la zona más alta, donde incluso se destruyó un sitio arqueológico.
Las personas en situación de desplazamiento necesitan atención urgente con víveres, ropa, enseres de cocina, artículos de higiene personal y material didáctico para niños. Es posible ayudar a través de la cafetería Ve'e Ñuu en la ciudad de Tlaxiaco. Sin embargo, lo que más necesitan es un alto a la violencia y la garantía de un regreso en paz a sus comunidades, pues no podrían vivir por largo tiempo en las condiciones actuales. Además, necesitarán recursos para reconstruir sus casas. Demandan respeto a su territorio y un alto a la tala de sus bosques, por lo que piden apoyo de organizaciones ambientalistas y de los medios de comunicación para dar información verídica de su situación.
Guerrero Grande
Cultural Survival se une a las organizaciones e instituciones de derechos humanos en México, incluyendo la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) y Cedhapi A.C en este llamado a la acción por parte de las autoridades mexicanas.
a) Que la fiscalía general de justicia del estado efectúe las investigaciones inmediatas de los hechos que se denuncian.
b) Que el Estado Mexicano a través del gobierno estatal y federal garantice la vida y la integridad física de las personas que fueron agredidas por el grupo de personas armadas, enviando seguridad pública estatal y federal de manera urgente.
c) Que garantice los derechos de las personas desplazadas internamente en el marco del derecho internacional humanitario.
Nos unimos a la comunidad para instar a los funcionarios mexicanos a respetar los derechos de las comunidades a sus tierras y recursos, como se garantiza en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas.
Foto superior: Desplazados en Tlaxiaco.
