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Basados en las tradiciones, guiados por los ancestros: Negocios Indígenas en tiempos inciertos

 

Conforme nos movemos en estos tiempos inciertos que cambian rápidamente, los dueños de los negocios alrededor del mundo están apuntando hacia enormes impactos económicos negativos. Los negocios Indígenas no son inmunes a esto; de hecho, tienden a ser más susceptibles que las contrapartes occidentales. Y a diferencia de la mayoría de países, no existe “el modelo de mejores prácticas comerciales” para que los negocios Indígenas puedan seguir y ser apoyados.


Una de las tendencias más recientes de las que se escucha a menudo, es sobre la reinvención de los negocios. Sin embargo, para los negocios Indígenas, no es así de fácil. Los Pueblos Indígenas son quienes son, y han sido así por milenios. Ellos no tienen la opción de “reinventarse a ellos mismos,” pero tienen la oportunidad de cimentar más sus negocios en su identidad y reinventar la forma que interactúan con otros. 


Es crucial que los negocios Indígenas permanezcan flexibles, ágiles y con capacidad de adaptación y al mismo tiempo ser firme en su base cultural para no ser atrapados e invadidos por este loco mundo comercial. Siendo firmes en su cultura, los negocios pueden resistir la prueba del tiempo mientras normalizan las costumbres culturales en sus tratos. Esto se hace a menudo mediante la construcción de sus cosmovisiones Indígenas, apoyándose en conexiones y relaciones, y permitiéndose ser guiados por un poder más alto.


Un ejemplo de estos negocios en Hawai’i es Halau Ka’eaikahelelani. Agradezco que hayan aceptado ser resaltados en este artículo y compartir su camino. Este es el estudio de caso de lo que funciona para esta organización. No es una fórmula para el éxito que se puede seguir ciegamente, sino más bien un ejemplo que esperamos pueda despertar algunos pensamientos y reflexiones en tu propia situación, y permitir que las respuestas vengan a ti.
 

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Hālau Ka‘eaikahelelani realizando un hula kahiko usando el pahu (tambor). 

 

Halau Ka’eaikahelelani es conocido por muchos como uno de los números del Halau (escuelas del baile tradicional y cultura hawaiana) en Hawái. Sin embargo, cuando uno se sumerge en su mundo, los ojos son abiertos a muchas cosas más. Halau Ka’eaikahelelani fue fundado en el 2015 por Kumu Hula (instructor de Hula) las heranas Yuki Ka’ea Lyons y Lily Kahelelani Lyons. Ambas hermanas vienen de un linaje de hula y han bailado sus vidas enteras. Ambas se graduaron bajo la guianza de la maestra Kumu Hula Nani Lim Yap de Halau Na Lei’o Ka Holoku.


Antes de empezar su propio Halau, ambas tenían carreras destacadas de servicio mediante la cultura hawaiana. Ka’ea es una profesora certificada de inmersión del lenguaje hawaiano y ha enseñado a través del ‘Olelo Hawai’i (lenguaje hawaiano) en el preescolar Punana Leo o Kona, y en ‘Ehunuikaimalino, una escuela pública de inmersión hawaiana en el lado Oeste de la isla de Hawái. También es una personalidad destacada de la radio FM, conocida por promocionar el idioma hawaiano y la cultura en la radiofrecuencia para animar a todos los residentes isleños a honrar y respetar la cultura anfitriona de Hawai’i nei, y enseñar estilos de vida hawaianos en el campus de la universidad comunitaria de Palamanui. Kahelelani es un recurso hawaiano cultural profesional y ha trabajado en la industria visitante para fortalecer y desarrollar auténticas experiencias nativas hawaiianas mientras asegura que la industria retribuya a la comunidad de maneras significativas y culturalmente apropiadas.


¿Por qué pasar de carreras ya exitosas a empezar una empresa como Kumu Hula de un nuevo Halau? Hablando con las hermanas, es evidente que el hula cambió sus vidas. Mejoró sus perspectivas culturales, las cimentó en la tradición y catalizó su deseo de servir a su pueblo de una manera que refleja los valores de sus ancestros. Como este ‘ike (conocimiento) fue compartido con ellos por su Kumu Hula, mentores y miembros de la familia, también lo es su deseo de compartirlo con otros.

 

Cualquier Kumu Hula te dirá que administrar un Halau no es un negocio lucrativo. La matrícula en sí misma rara vez cubre los gastos generales de operación del negocio. Kumu, por necesidad debe ser inventivo y diversificado. Algunos organizan conciertos y hacen shows para los turistas. Algunos organizan talleres y tienen hermanas Halau en otras partes del mundo. Algunos se han convertido en artistas de grabación y utilizan esos ingresos para complementar las actividades de Hālau.


Hālau Ka‘eaikahelelani se comprometió en la mayoría de las empresas de mejora de ingresos que otros tienen. Pero para ellos nunca se ha tratado del dinero. Se trata de avanzar primero, ante todo, el trabajo de sus kūpuna (ancestros), asegurar que las tradiciones continúen y tener fe en que su kūpuna les abrirá las puertas. Esto ha generado hermosas sinergias y oportunidades para realizar negocios de una manera muy diversa e Indígena.


Una de las primeras puertas que se abrió fue un sitio para su Halau. Muchos Halau rentan un espacio en un depósito, un estudio de baile o lugares similares. Este Halau fue guiado a administrar un terreno en donde podrían tomar sus enseñanzas de vuelta a donde pertenecían, en la tierra. No solo pueden llevar a cabo sus clases allí, sino que también pueden conectarse con la tierra a través del cultivo de alimentos y plantas importantes para sus tradiciones de hula, como ipu (calabazas) para instrumentos de percusión, 'ō lena (cúrcuma) para tintes y medicinas, kalo (taro) para el sustento y la ceremonia, y mucho más. Para validar la idoneidad de este camino, descubrieron durante su investigación sobre la tierra que tienen vínculos genealógicos con esta zona, y no solo con el otro lado de la montaña donde se criaron.

 

La siguiente puerta se abrió mientras buscaban expandir sus enseñanzas en el exterior. Existe un gran deseo de aprender hula en otras áreas del mundo y las hermanas frecuentemente viajaban para enseñar, mientras los estudiantes hacían viajaban a Hawái por experiencias inmersivas. Pero honrar verdaderamente las tradiciones toma una conexión y práctica constante, lo cual es difícil de hacer a distancias grandes y contacto poco frecuente. Las hermanas buscaron una vez más las respuestas en las enseñanzas de su kūpuna, y las respuestas llegaron con el ejemplo.


El hawaiano era un lenguaje oral originalmente; la escritura fue introducida con la llegada de los misioneros. Contrario a la creencia común de que los misionarios enseñaron a la gene Indígena cómo leer y escribir y que los trajeron a la era moderna, la realidad es que los Ali’i (jefes) vieron el valor de la lectura y la escritura e hicieron posible que la gente de Hawái aprendiera. Esto es evidente en la famosa declaración de Kauikeaouli, Rey Kamehameha III, “He aupuni palapala k’ou” (la mía es una nación alfabetizada), y la tasa de alfabetización de cerca del 95 por ciento de los hawaianos durante este tiempo.


La población Indígena se empezaba a comunicar regularmente por escrito, y la primera prensa impresa al oeste de las Montañas Rocosas llamada Hale Pa’i, se estableció en la isla de Maui. El canon de conocimiento impreso en el idioma nativo que sobrevive ronda a las 1.2 millones de páginas al día de hoy. El pueblo hawaiano de esa época realmente dominaba la tecnología de su época. Fue este ejemplo el que inspiró a los Hālau a “gobernar la tecnología” de hoy y comenzar a crear contenido virtual complementario que pudiera compartirse por Internet. Esto incluyó lecciones sincrónicas y asincrónicas, y se ha expandido a un conjunto diverso de planes de estudio. Este pensamiento de futuro los preparó bien para el aprendizaje a distancia que se les impondría debido a la pandemia de COVID-19.

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Hālau Ka‘eaikahelelani. 

 

En el corto tiempo que los Halau han tenido de existencia, la necesidad de la comunidad se volvió más y más evidente y nuevas puertas comenzaron a abrirse. Tan grande era su deseo de servir que formaron una organización sin fines de lucro 501(c)3 para permitirles expandir sus servicios de maneras más allá de las capacidades de las organizaciones lucrativas (la cual aún operan como una entidad separada). Detrás de otras puertas había asociaciones y relaciones. Dos ejemplos de las muchas asociaciones incluyen The Cultural Conservancy, la cual premió al Halau con una subvención Mino Niibi para el proyecto Hoala Hou- para volver a Indigenizar sus espacios, y con una subvención de Kamehameha Schools Community Investment para empezar una Programa de Aprendizaje Interactivo Familiar para Niños, basado en metodologías nativas hawaianas educacionales y de hula.


En cuanto las realidades y repercusiones económicas del COVID-19 se establecieron y los negocios empezaron a hibernar o cerrar, Hālau Ka‘eaikahelelan ha sido capaz de adaptarse a las necesidades emergentes de la comunidad, sostenerse a ellos mismos económicamente, y han estado más ocupados que nunca. Además de sus clases regulares y programas que proveen estabilidad y conexión a sus aprendices, los Halau y sus miembros han dado un paso como líderes comunitarios y conectores distribuyendo alimentos, materiales educativos y suministros de salud a quienes están en necesidad, y han guiado a otras organizaciones en donde la necesidad es mayor. Estos actos de servicio están basados en valores culturales, incluyendo “’O ka nui ma mua o ka pakahi”: al servir primero al bien de todos, fortalecemos al individuo.


Hālau Ka‘eaikahelelan se basó en su cosmovisión Indígena, se basó en conexiones y relaciones, y siguió la guía de quienes les precedieron. Su éxito no se mide en dólares en una hoja de cálculo, sino por los múltiples retornos que no tienen precio para aquellos a quienes más les importa. Retornos culturales, educativos, retornos Lāhui (nación), retornos comunitarios, retornos ancestrales y retornos espirituales: estas son las economías que más importan a Hālau Ka‘eaikahelelani, sus líderes, sus familias y su comunidad. Según estas métricas, los Hālau son ricos sin comparación.


-Kaimana Barcarse, es director regional de Hawai del Oeste para Kamehameha Schools y director del programa y líder DJ de Alana I Kai Hikina en KWXX-FM. También se desempeña como presidente de la junta directiva de Cultural Survival y de la junta de The Cutural Conservancy.


Foto de portada. Hālau Ka‘eaikahelelani interpretando un hula kahiko (danza antigua tradicional) utilizando el ipu (calabaza) en Kīlauea, el volcán activo de la isla de Hawai’i. 

 

Todas las fotos por Dino Morrow Photography. 

 

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