Pasar al contenido principal

En Filipinas hay poca conciencia: Bestang Sarah Dekdeken

Como en muchos países de Asia, la comunidad LGBTQIA+ en Filipinas continúa experimentando una discriminación desenfrenada, la mayoría de la cual no se denuncia. Las personas del colectivo trans en Filipinas generalmente se ven privados de sus derechos políticos, económicos, culturales y humanos, tal como la negación de acceso al servicio público y de la admisión a instituciones educativas y empleos, o la expulsión de estas, el trato desigual en los lugares de trabajo, el acoso y violencia. La negación de los derechos básicos al empleo, la vivienda, la educación y la salud, está llevando a la comunidad a situaciones de pobreza. Hasta la fecha, aún no se ha aprobado ninguna ley para garantizar la plena protección de los derechos LGBTQIA+ en el país.

En las comunidades Indígenas de la Cordillera sigue habiendo un bajo nivel de aceptación de personas LGBTQIA+. De hecho, muchas personas trans aún prefieren no revelar su identidad de género. La mayoría son principalmente aquellos que provienen de comunidades donde las prácticas culturales aborígenas persisten y la cultura del machismo es relativamente fuerte. Por otro lado, en comunidades donde los sistemas sociopolíticos Indígenas han comenzado a desintegrarse, más personas LGBTQIA+ se están haciendo visibles públicamente. La mayoría de ellos se han reconocido a sí mismos como gays o lesbianas. 

 

c

 

Los ejemplos de discriminación contra el colectivo LGBTQIA+ en las comunidades Indígenas de la región incluyen el acoso escolar, abuso verbal y físico y las amenazas de no heredar las propiedades privadas de la familia. Esta discriminación sigue la trayectoria histórica de nuestra cultura como Pueblo Indígena, donde, a diferencia de muchas otras culturas aborígenes, los hombres son los que mandan en los procesos tradicionales de toma de decisiones, en rituales, en asuntos comunitarios, en las instituciones y sistemas sociopolíticos Indígenas.

Un estudio reciente realizado conjuntamente por la Alianza de los Pueblos de la Cordillera e Innabuyog sobre la historia la situación actual del colectivo LGBTQIA+ en la Cordillera, estableció que la esencia de la discriminación contra este colectivo radica en su incapacidad para procrear y, su no conformidad con las prácticas tradicionales, donde los roles del individuo se dividen entre hombres y mujeres, especialmente en los viejos tiempos de las sociedades guerreras. En estas sociedades, la procreación era y es considerada esencial para la continuidad y fortalecimiento de una Tribu. Las personas del colectivo LGBTQIA+ también son discriminadas debido a su no conformidad con los requisitos del liderazgo tradicional, donde uno tiene que casarse con una persona del sexo opuesto, tener hijos y atesorar fuerza física y mental. En este contexto, ser una persona trans es un tabú, y hasta el día de hoy sigue siendo un tema delicado.

Bajo el dominio del machismo, las lesbianas históricamente han experimentado menos discriminación en comparación con los hombres homosexuales, ya que tradicionalmente se las considera físicamente más fuertes que las mujeres heterosexuales y, por lo tanto, son útiles en actividades agrícolas y otros trabajos manuales. En general, los hombres homosexuales que permanecen en sus comunidades solo pueden conseguir trabajo en salones de belleza, restaurantes o pequeñas tiendas. Es cierto que las personas LGBTQIA+ que contribuyen a las necesidades financieras de sus familias experimentan menos discriminación; y este grado de aceptación se traduce en menos abuso verbal y físico, pero no necesariamente en inclusión en puestos de liderazgo comunitario o participación en actividades rutinarias de la comunidad. Una experiencia positiva de la Alianza de los Pueblos de la Cordillera es que miembros LGBTQIA+ participan activamente en las luchas de los Pueblos Indígenas por los derechos humanos, y contra los proyectos destructivos de "desarrollo"; y así, se han ganado el respeto de las comunidades aborígenas, incluyendo el de los líderes tradicionales y los ancianos.

En la actualidad, muchas comunidades Indígenas en Filipinas tienen una conciencia y una comprensión limitadas de la diversidad de la orientación sexual y, de las identidades de género. Muy pocas personas en estas comunidades se han podido unir a organizaciones LGBTQIA+, ya que estas se concentran en las ciudades. Además, las personas del colectivo transgénero de las comunidades aborígenas experimentan múltiples formas de discriminación: por su orientación sexual o identidad de género, por pertenecer a los Pueblos Indígenas oprimidos, y por pertenecer al segmento pobre de la sociedad filipina. La Alianza de los Pueblos de la Cordillera e Innabuyog continúan estudiando la situación y los problemas de las personas del colectivo LGBTQIA+ en las comunidades aborígenas de la Cordillera, y ayudan a organizarlo para participar en la lucha de los Pueblos Indígenas por los derechos humanos, el derecho a tierras, recursos ancestrales, y el derecho de autodeterminación.

—Bestang Sarah Dekdeken (Kankanaey Igorot) es de la región de la Cordillera en el norte de Filipinas y es la actual secretaria general de la Alianza de los Pueblos de la Cordillera.

 

Imagen principal: personas LGBTQIA+ y defensores se unen al 12 Desfile del Orgullo Baguio en noviembre de 2018.

Fotos cortesía de Cordillera Peoples Alliance.

Our website houses close to five decades of content and publishing. Any content older than 10 years is archival and Cultural Survival does not necessarily agree with the content and word choice today.