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Una mirada a la educación Indígena: El caso de la comunidad mazateca

Por Diego Landeta

Hablar de la educación de los niños, niñas, adolescentes, y jóvenes Indígenas en estos tiempos, es hablar de situaciones que han sido olvidadas, invisibilizadas e incluso ignoradas por el Estado. En casi todos los países del mundo la enfermedad causada por el virus (COVID-19) ha generado situaciones bastantes complejas en el ámbito político, económico y educativo. Bajo este contexto, algunos se preguntarán ¿ha afectado la pandemia a la educación de las comunidades Indígenas? ¿cómo viven estas comunidades en estos tiempos? Quiero contar la experiencia específica en cuanto a la situación de educación de mi comunidad de Mazatlán Villa de Flores, Oaxaca, perteneciente a la cultura mazateca alta. 

El pueblo de Mazatlán Villa de Flores se encuentra en la región cañada del estado de Oaxaca. Un pueblo que aún conserva su lengua, territorio, tradiciones, costumbres, y cosmovisiones. En la comunidad casi toda la gente mayor es monolingüe en idioma mazateco, son los niños y jóvenes quienes por necesidad, han comenzado a utilizar más el idioma español (por décadas, se ha considerado al español como una lengua de prestigio frente a los idiomas de los pueblos originarios). En mi región, para acceder a servicios educativos y de salud, o para obtener un trabajo, el español es la lengua para hacerlo, por lo que hoy en día es evidente que todos aspiren a hablar el español ante que el mazateco. 

Ahora bien, para entender la situación educativa actual de los niños y jóvenes mazatecos, hay que hacer una retrospectiva desde el cierre de las escuelas en nuestro país, cuando se implementó el programa “Aprende en casa”. Para muchas comunidades originarias, especialmente para los docentes estudiantes y padres de familia Indígenas, el programa causó cierta insatisfacción, frustración y desconcierto, porque las autoridades educativas que implementaron dicho programa (desde el gobierno) asumieron que todos tenían acceso a internet y a plataformas digitales. 
Sin embargo, la realidad en Mazatlán es otra, porque debido a la pobreza y al olvido de los gobiernos, pocos estudiantes mazatecos tienen la posibilidad de acceder a la tecnología (computadora e internet), a pesar de ser necesario; algunos maestros han hecho lo posible para que estos niños aprendan en casa implementado sus propias estrategias, como llevar las tareas a los hogares de los niños o pegando la información con las tareas en las escuelas. Es complicado que los niños, niñas y jóvenes que viven en comunidades aisladas -donde ni los servicios básicos ni siquiera llegan- puedan adaptarse a esta metodología, por lo que quedan excluidas. 

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Sabiendo que durante décadas la educación de nuestros estudiantes mazatecos no ha sido del todo buena, bajo esta situación ha sido aún más complejo porque ni los estudiantes, docentes y padres de familia Indígenas no tienen las condiciones para enfrentar estas realidades. Esto significa que la educación en la comunidad mazateca es aún más crítica porque desde nuestro pueblo y para la niñez, la forma de aprender es a través de la interacción y observación que realiza en su entorno y de los sujetos, por tanto, en este caso es importante el papel del mediador o el facilitador en su proceso de enseñanza y aprendizaje. 

Es evidente que el programa “Aprende en casa” ha fracasado en la comunidad mazateca, ya que, al no tener clases, muchos estudiantes se dedicaron a las actividades del campo. Además, en la comunidad la mayoría de la gente cuenta con un nivel de escolaridad baja, algunos de ellos, ni siquiera concluyeron la primaria, y por eso apoyar a los hijos desde casa fue difícil. En este caso me pregunto, ¿realmente aprendieron algo los estudiantes mazatecos con los métodos de enseñanza y aprendizaje a distancia? ¿Concluyeron satisfactoriamente su ciclo escolar en nivel, primaria, secundaria y bachillerato? Estas preguntas se plantean para reflexionar un poco en torno a los aprendizajes adquiridos de las y los estudiantes ante la contingencia, ya que no es posible implementar un método de enseñanza y aprendizaje a distancia cuando bien sabemos que las realidades de las comunidades son otras.

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Considero que el principal reto para el docente al retorno a clases es cómo incorporar los conocimientos o contenidos que se han visto afectados por la pandemia, ya que el programa implementado no fue eficiente en los procesos de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes mazatecos. Así mismo, otra de las cuestiones a plantear es cómo se estimulará a los estudiantes después de varios meses sin clases presenciales y cómo será la dinámica dentro de las clases. 
Por otro lado, existe otro desafío para los estudiantes, maestros y padres de familia al regreso a clases, porque sabemos que los protocolos y las medidas sanitarias deben ser una prioridad. Como los estudiantes están acostumbrados a jugar y platicar con sus compañeros dentro de clase y fuera de ella, ¿cómo se mantendrá el distanciamiento social? En la comunidad, sólo existe una farmacia para adquirir productos como cubrebocas y gel antibacterial. Estos son sólo algunos de los retos que posiblemente se presenten en el regreso a clases. Considero entonces que es importante que las autoridades educativas implemente una estrategia que coadyuve en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los estudiantes mazatecos.

Es necesario implementar un mecanismo de financiamiento de la infraestructura de las escuelas, para la comunidad mazateca, además el acceso a las redes e incluso dotar dispositivos móviles para los estudiantes mazatecos. Así mismo como los productos que es necesario en estos tiempos como las cubrebocas y gel antibacterial. Además, brindar un programa de capacitación para los docentes indígenas y estudiantes para el uso de la tecnología, esto como un material para enseñar habilidades específicas. Considero que es necesario que las autoridades educativas al retorno de las actividades implementen materiales educativos en la lengua mazateca alta para los estudiantes. Lo anterior es un derecho que todos deberíamos tener y de acceder a estos servicios ya que en mi comunidad de Mazatlán ha sido excluido históricamente de los servicios que ha brindado el Estado.  

--Juan Diego Landeta es Mazateco y es Licenciado en Educación Indígena con especialidad en diseñar, evaluar políticas educativas indígenas en las comunidades, instituciones del sector privado, organismos no gubernamentales y en las escuelas de distintos niveles con población indígena en espacios rurales y urbanos por la Universidad Pedagógica Nacional unidad Ajusco, México. Ha hecho su Servicio Social en el programa del Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) en el Estado de Oaxaca. Colaboró en la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la CDMX como Residente Universitario.