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Las soluciones basadas en la naturaleza son soluciones falsas para el cambio climático: los Pueblos Indígenas tienen las verdaderas soluciones al cambio climático

 

En la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del año pasado (COP26 de la CMNUCC) en Glasgow, Escocia, las soluciones basadas en la naturaleza estuvieron en el primer plano de las discusiones. El término "soluciones basadas en la naturaleza" se introdujo por primera vez en 2009 a través de las negociaciones de la CMNUCC y fue aclarado en 2016 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, una organización mundial de conservación, que lo define como "acciones para proteger, gestionar sosteniblemente y restaurar los ecosistemas naturales o modificados que abordan los desafíos sociales de manera efectiva y adaptativa, proporcionando simultáneamente beneficios para el bienestar humano y la biodiversidad".


A primera vista, la definición tiene potencial. Sin embargo, lo que lo hace complicado y controvertido es su amplitud y la falta de inclusión de las obligaciones de buscar el consentimiento libre, previo e informado de los Pueblos Indígenas o de centrar sus sistemas de liderazgo y sistemas de conocimiento en la co-creación, desarrollo, implementación y evaluación de tales soluciones. Las soluciones basadas en la naturaleza se definen de manera tan amplia que son peligrosamente discrecionales. Las corporaciones pueden tergiversar su significado, prestándose a fracasos comprobados como los esquemas de comercio de carbono y las plantaciones de monocultivos de árboles en lugar de una verdadera restauración del ecosistema culturalmente apropiada. Además, son una distracción de las profundas  soluciones que los Pueblos Indígenas ya están desarrollando e implementando, que, para lograr lo que el mundo necesita a escala global, requiere compromisos políticos y financieros de parte de los Estados miembros para financiar la tenencia de la tierra, los derechos y el liderazgo Indígenas. Como dice el comunicado de prensa de la Declaración de Apertura del Foro Internacional de los Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático COP26, "El colonialismo causó el cambio climático. Nuestros derechos y conocimientos tradicionales son la solución".


Un informe del Forest Peoples' Programme sobre "Repensar las soluciones basadas en la naturaleza" resume algunos de los desafíos: "El término 'solución basada en la naturaleza' es controversial, sobre todo porque entre sus partidarios más entusiastas se encuentran las grandes compañías petroleras, los gobiernos de los países ricos con altas emisiones y las industrias responsables de gran parte del daño continuo a nuestro planeta. También atrae la controversia porque permanece definido vagamente para permitir que signifique cosas diferentes para diferentes personas ... Gran parte de la controversia proviene de la inclusión en soluciones basadas en la naturaleza de acciones para compensar las emisiones, o acciones que destruyen la naturaleza en un área (minería, infraestructura, etc.) y que son "compensadas" por la inversión en la creación, mantenimiento o restauración de sistemas naturales o "modificados" en otros lugares. Esta controversia hace eco de las preocupaciones que surgen de la compensación de las emisiones de carbono a través de proyectos de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD+) y el comercio de carbono, debates que aún siguen vigentes, pero donde es cada vez más claro que la reducción de emisiones es mucho más crucial a medida que las emisiones continúan aumentando año tras año. Sobre el terreno, los proyectos REDD+ continúan siendo desafiados por los Pueblos Indígenas y las comunidades forestales por no ofrecer beneficios equitativos y quebrantar los derechos garantizados por las normas y protecciones del derecho internacional, incluidos los derechos a poseer y controlar tierras, territorios y recursos, y los derechos al consentimiento libre, previo e informado".

 

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Delegados Indígenas Daisee Francour (Oneida) y Thomas Joseph (Hupa) en la COP26 en Glasgow, Escocia. Fotos cortesía de Daisee Francour.


Las soluciones basadas en la naturaleza son otra táctica que los grandes contaminadores están utilizando para redirigir la atención de la sociedad lejos de sus prácticas extractivas y sus enormes huellas de carbono. Son la continuación del capitalismo extractivo, que mercantiliza a nuestra Madre Tierra y pone precio a los sumideros de carbono, como los bosques tropicales. Los mercados de carbono crean un sistema de comercio de carbono que permite a los grandes contaminadores liberarse, permitiéndoles continuar sin hacer ningún esfuerzo verdadero para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, en cambio, comprar créditos de carbono de aquellos que han reducido sus emisiones. Los Estados nacionales, que han obtenido estos créditos de carbono a través de sus reclamos de manejo forestal, identifican sumideros de carbono dentro del país, que a menudo son administrados por los Pueblos Indígenas. Luego se mueven para desplazar a esas comunidades Indígenas de sus tierras para acumular y vender créditos de carbono a las corporaciones.


Las soluciones basadas en la naturaleza son una táctica para "hacer greenwash" a las soluciones de cambio climático que cooptan y mercantilizan las tierras Indígenas, las cosmovisiones y nuestra propia terminología. Si realmente queremos basarnos en la naturaleza, debemos rematriar nuestra relación con la Madre Tierra; no verla como una cosa extractiva y desechable, sino más bien como un pariente a la que nutrimos, respetamos y con la que convivimos de manera recíproca. Esto requiere un enfoque holístico, regenerativo y basado en derechos. Debido a que las soluciones basadas en la naturaleza excluyen la importancia de la tenencia de la tierra, la administración, los derechos y el liderazgo Indígena por completo, existe una amenaza grave y directa de que nuestro involucramiento en estas soluciones pueda conducir a un continuo acaparamiento de tierras, desplazamiento de comunidades Indígenas, violaciones de derechos humanos e Indígenas, así como a la criminalización de los defensores de la tierra y los protectores del agua. Excluir a los Pueblos Indígenas de cualquier solución al cambio climático, especialmente aquellos que invisibilizan nuestro liderazgo y se apropian de nuestros sistemas de conocimiento, tendrá un efecto devastador en la protección de la biodiversidad.


Entonces, ¿cómo centramos a los Pueblos Indígenas y sus sistemas de conocimiento en la lucha contra el cambio climático? Los gobiernos, las corporaciones, los conservacionistas, los terratenientes privados y otros deben comenzar con la implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Las culturas Indígenas contienen inherentemente las soluciones y los métodos de adaptación necesarios para abordar el cambio climático a través de técnicas tales como el secuestro de carbono a través de la gestión forestal, la mitigación del peligro de incendios masivos a través de quemas controladas, prácticas agrícolas tradicionales regenerativas y más. El potencial relacionado con el clima y los logros actuales de la administración de la tierra Indígena son evidentes tanto en los sistemas de conocimiento Indígena como en los estudios occidentales. Estas actividades se basan verdaderamente en la naturaleza y en las relaciones y prácticas antiguas y continuas entre los Pueblos Indígenas y las tierras en las que viven. La tenencia de la tierra Indígena, el derecho legal y garantizado de los Pueblos Indígenas a autodeterminarse y dirigir actividades en sus tierras, es una forma primaria de abordar el cambio climático y que debe promoverse y priorizarse en todos los niveles.


Además de que los Pueblos Indígenas aseguran los derechos sobre sus territorios, la conservación debe honrar y abrazar la tenencia Indígena consuetudinaria de la tierra, que en última instancia incluye el gobierno tradicional y autodeterminado sobre dichas tierras. Los sistemas de gobernanza Indígena son increíblemente dinámicos y sofisticados, y garantizan la sostenibilidad tanto de las comunidades como de todos los seres vivos. Los valores Indígenas como el respeto, la reciprocidad, las relaciones y la responsabilidad guían nuestros sistemas de gobierno tradicionales y nuestras prácticas y filosofías de administración. Estos valores y visiones del mundo no existen en la conservación convencional o en la narrativa del cambio climático, pero es fundamental incorporarlos en las soluciones de cambio climático que se presentan e implementan. La incorporación exitosa de los valores y la sabiduría Indígena en la práctica requerirá los recursos y respaldo financiero del liderazgo Indígena para que, al final los Pueblos Indígenas puedan liderar al mundo hacia un futuro más sostenible.


Como Pueblos Indígenas, vivimos en una relación recíproca con nuestras tierras y territorios y somos administradores expertos de nuestro entorno. Nuestro bienestar está profundamente ligado al bienestar de nuestras tierras. Desde el cultivo de alimentos tradicionales hasta las prácticas sostenibles de cosecha, pasando por la recolección de medicinas para las ceremonias y la garantía de la salud y la regeneración del suelo, el conocimiento tradicional, las culturas, las lenguas, las cosmovisiones y las tradiciones de los Pueblos Indígenas portan las soluciones al cambio climático porque ilustran nuestras instrucciones originales sobre cómo debemos estar en correcta relación entre nosotros, con nuestro entorno y con todos los seres vivos. Nuestras formas de ser y de conocer han sido durante mucho tiempo irrespetadas, excluidas, apropiadas y mercantilizadas, y seguimos viendo esta violencia contra nuestros pueblos y formas de vida en las crisis climáticas y sociales que se enfrentan hoy en día en todo el mundo.


Las tierras, los medios de vida y los derechos de los Pueblos Indígenas están bajo amenaza directa con estas soluciones propuestas "basadas en la naturaleza". Como comunidad Indígena global, ya hemos promulgado soluciones al cambio climático basadas en nuestras formas de vida, cosmovisiones y la relación recíproca con nuestros entornos, a pesar de la enorme adversidad del acaparamiento de tierras, el genocidio, la violencia, la expulsión de nuestras tierras, territorios y recursos naturales, las persistentes violaciones de derechos y la criminalización que enfrentan nuestras comunidades. Apropiarse del término "basado en la naturaleza" no sólo es engañoso, sino que no reducirá las emisiones ni abordará realmente el cambio climático. Más bien, los países deben dejar de anteponer los poderosos intereses económicos corporativos a la amenaza existencial que enfrenta el planeta, y deben reconocer, respetar, centrar y financiar los derechos y el liderazgo de los Pueblos Indígenas.

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