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EcoBioVi: Guardianes de los ricos ecosistemas marinos de la isla de Barú

By Charlie Malcolm-McKay (pasante de CS)

Mientras el mundo celebra el Día Mundial de los Océanos, nosotros dirigimos nuestra atención a la isla de Barú, una joya escondida frente a la costa de Cartagena (Colombia). En esta vibrante isla, la comunidad afrodescendiente funge como guardiana de los ricos ecosistemas de manglar que bordean sus costas. En una reciente visita a Barú, el equipo de Cultural Survival conoció el extraordinario trabajo que está realizando EcoBioVi, una organización dirigida por jóvenes, socia de la subvención 2021 del Fondo Guardianes de la Tierra, cuya historia es una muestra de resiliencia, fortalecimiento cultural y compromiso compartido para salvaguardar los valiosos ecosistemas de la región.

Los manglares, con su intrincada red de raíces, son la primera línea de defensa de la naturaleza contra la erosión costera y los fenómenos meteorológicos extremos. A lo largo de la costa de Barú, estos árboles excepcionales crean un escudo viviente que protege a los habitantes de la isla y sus hogares de los estragos de las tormentas y la subida del nivel del mar. Los manglares también son vitales para la supervivencia de la vida marina. Los intrincados sistemas radiculares de estos extraordinarios árboles proporcionan un refugio a una plétora de especies, como peces, crustáceos y aves migratorias. Sus densas copas ofrecen protección, lugares para anidar y abundantes fuentes de alimento, fomentando la biodiversidad y manteniendo el delicado equilibrio del ecosistema marino.

La comunidad de Barú tiene una historia única marcada por su estrecha relación con los ecosistemas marinos y costeros de la zona, que han garantizado su bienestar durante siglos. Por ejemplo, el manglar es esencial para la soberanía alimentaria de los residentes. También ha demostrado ser un recurso natural versátil para construir embarcaciones, casas y artesanías, así como leña para cocinar y cumplir otras funciones importantes. En los últimos años, sin embargo, la profunda conexión que los miembros de la comunidad han mantenido con los manglares se ha visto afectada debido a la aculturación, el crecimiento demográfico y el aumento de un turismo irresponsable y consumista. Estos factores han provocado un creciente deterioro de los ecosistemas marinos y de los recursos naturales vitales para la población de la ciudad.

El Consejo Comunitario de Cultura y Medio Ambiente de Barú ha intervenido con un oportuno enfoque sostenible de desarrollo comunitario para combatir estos alarmantes problemas. En nuestras conversaciones con Wilmer Gómez, el organizador del proyecto "aprender sin leer con los ojos abiertos" de EcoBioVi, fuimos testigos del poder transformador de la educación arraigada en la comunidad y la tradición. Esta innovadora estrategia de aprendizaje involucra a la generación más joven, tendiendo un puente entre el pasado y el futuro. Al fomentar un diálogo permanente entre  ancianos de la comunidad de Barú, que poseen valiosos conocimientos locales, y los niños, el proyecto pretende alimentar la identidad cultural, promover la conservación y destacar la importancia de estos ecosistemas para la vida de la comunidad.

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El proyecto aprender sin leer con los ojos abiertos reconoce que los jóvenes serán los portadores de la antorcha del futuro de la comunidad, y por lo tanto, el proyecto pretende capacitarlos inculcándoles un profundo aprecio por su entorno y su patrimonio. Durante la visita de Cultural Survival, el entusiasmo y la emoción que irradiaban los niños mientras compartían sus experiencias con nosotros hablaban por sí solos del éxito del proyecto y de su potencial para una transformación social positiva. Con la participante más joven del proyecto con tan sólo ocho años, quedó claro desde el principio que los niños eran el corazón no sólo de la organización, sino también de la comunidad. El programa de voluntariado con EcoBioVi ha permitido a los jóvenes aprender importantes conocimientos bióticos y culturales mientras se divierten, tal y como lo dijo uno de los niños voluntarios: "Me encantan los manglares porque voy allí todos los días a nadar y a jugar con mis amigos. Nos protegen de las tormentas y son importantes para nuestro medio ambiente".

Cultural Survival tuvo la oportunidad de unirse a EcoBioVi en una serie de recorridos para explorar las distintas islas que rodean la zona y conocer en profundidad los diversos ecosistemas marinos del territorio. Fue una experiencia de inmersión en la vida cotidiana de la comunidad, ya que navegamos por lagunas y caminos, mostrando complejos bosques de manglares y revelando la presencia de otros ecosistemas, como los bosques secos tropicales, conectados a la perfección por senderos y zonas arenosas. Los estrechos pasadizos de raíces de mangle entrelazadas formaban un tapiz vivo que simboliza la unidad y resistencia de la comunidad. Mientras nuestro barco se deslizaba por el agua, un pequeño grupo de niños voluntarios de EcoBioV señalaba y describía la intrincada red de vida que nos envolvía. Los voluntarios destacaron las diferencias, similitudes y otras características de cada especie de manglar en el ecosistema local. Nos guiaron hasta una zona específica donde confluyen cinco especies de manglares, mostrando la riqueza y biodiversidad del territorio.

Durante el recorrido, Wilmer Gómez recordó una anécdota de cuando un participante anterior del proyecto preguntó: "¿Cuál podría ser la similitud entre un manglar y un ser humano?". Dijo que tuvieron que buscar juntos las respuestas, de las que surgieron las siguientes: "la resistencia, la capacidad de aguantar y resistir la adversidad o situaciones complejas". Otra respuesta fue: "Resiliencia, tanto el mangle como nosotros no sólo resistimos, sino que superamos la adversidad".

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Another significant aspect of the tour was our participation in a mangrove reforestation program organized by EcoBioVi, where we had the opportunity to plant mangrove seedlings in vulnerable areas of the mangrove forests. This activity was particularly captivating because the participants showcased the progress of the seedlings they had planted. They described the timeline for the emergence of the first leaves, the color changes in the propagules before and after leaf sprouting, and the essential measures to ensure the sustainability of the newly planted mangrove trees in the area. We learned that planting the seedlings in an alternating pattern with approximately one-meter spacing between each tree would ensure optimal coverage density within the shortest possible time. This density was crucial to withstand the waves generated by the continuous passage of boats, safeguarding both the mature mangroves that acted as protective barriers along the coastline and the newly planted young mangroves.

Otro aspecto significativo de la gira fue nuestra participación en un programa de reforestación de manglares organizado por EcoBioVi, donde tuvimos la oportunidad de plantar ejemplares de mangle en zonas vulnerables de los manglares. Esta actividad fue especialmente cautivadora porque los participantes mostraron el progreso de los anteriores mangles que habían plantado. Los niños y niñas nos describieron la cronología de aparición de las primeras hojas, los cambios de color de los propágulos antes y después de la brotación de las hojas y las medidas esenciales para garantizar la sostenibilidad de los mangles recién plantados en la zona. Aprendimos que plantar los ejemplares de mangle siguiendo un patrón alterno con una separación aproximada de un metro entre cada árbol garantizaría una densidad de cobertura óptima en el menor tiempo posible. Esta densidad era crucial para soportar las olas generadas por el paso continuo de embarcaciones, salvaguardando tanto los manglares maduros que actuaban como barreras protectoras a lo largo de la costa como los manglares jóvenes recién plantados.

Mientras explorábamos un tramo concreto de costa, Wilmer Gómez nos informó sobre los efectos adversos del cambio climático en la comunidad de Barú. El impacto del cambio climático en los bosques autóctonos, la creciente escasez de lluvias y el deterioro de los ecosistemas marinos costeros, incluidos los manglares, se han hecho patentes de forma angustiosa. Consciente de ello, EcoBioVi inició la reforestación de las regiones de manglares más afectadas por el cambio climático y las alteraciones humanas. Este esfuerzo sirve como proceso de mitigación, con el objetivo de aliviar los impactos causados por el cambio climático a la vez que se mejora la capacidad de adaptación de la comunidad. A través de este proyecto, la comunidad está revitalizando y reconstruyendo su relación sostenible con los ecosistemas marinos que forman parte integral de su bienestar.

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En este Día Mundial de los Océanos, es esencial reconocer y celebrar proyectos comunitarios como el que presenciamos en Barú. Los residentes locales poseen sistemas de conocimiento de incalculable valor que están profundamente arraigados en sus territorios. Su comprensión de la tierra, el mar y la interconexión de su entorno les permite proteger y preservar sus ecosistemas de la manera más eficaz y sostenible. Apoyando y reconociendo estas iniciativas dirigidas por la comunidad, podemos marcar realmente la diferencia en la salvaguarda de nuestros preciosos entornos marinos para las generaciones futuras.

El Fondo Guardianes de la Tierra (KOEF por sus siglas en inglés) es un fondo liderado por Indígenas dentro de Cultural Survival, diseñado para apoyar los proyectos de promoción y desarrollo comunitario de los Pueblos Indígenas. Desde 2017, a través de pequeñas subvenciones y asistencia técnica, KOEF ha apoyado 238 proyectos en 38 países por un total de $1,059,702. KOEF proporciona a comunidades, organizaciones y gobiernos tradicionales liderados por Indígenas de base para apoyar sus proyectos de desarrollo autodeterminado basados ​​en sus valores Indígenas. Basados en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, Cultural Survival utiliza un enfoque basado en los derechos en nuestras estrategias de concesión de subvenciones para apoyar las soluciones Indígenas de base a través de la distribución equitativa de recursos a las comunidades Indígenas.