Por mi género, veo el mundo con pesimismo y desesperación.
Por mi género, no puedo existir fuera de ciertos límites.
Por mi género, puede que nunca vuelva a casa.
Por mi género, la violencia contra mí está normalizada.
Por mi género, mi verdad no es la verdad.
Por mi género, pasaré por barreras insuperables, barreras sólo por intentar existir.
Por mi género, se me sexualiza desde una edad temprana.
Por mi género, no puedo decidir lo que es correcto para mí.
Por mi género, estoy enfadada.
Por mi género, soy creadora de vida, plantamos las semillas.
Por mi género, soy blanda con el mundo exterior.
Por mi género, cuido innatamente de la tierra y sus habitantes.
Por mi género, cuido de los que me rodean.
Por mi género, sueño con una nueva realidad llena de paz y amor.
Por mi género, soy portadora de los espíritus de mis familiares y antepasados.
Por mi género, viviré mis esperanzas y sueños.
El género binario se siente como una herramienta utilizada por el colonizador para poner barreras en el camino de nuestra reconexión con nuestras tradiciones y ceremonias. Como mujeres, se nos coloca en un papel que favorece el patriarcado. En las ceremonias debemos honrar nuestros papeles como "mujeres" al lado de nuestros hombres; sin embargo, en la sociedad, la expectativa es que defendamos los papeles de ambos géneros. La evolución del género refleja nuestras capacidades como Indígenas folx, no sólo para crear relaciones con la tierra, sino para representar esa relación en tiempo real siendo adaptables, reflexivas y en revolución con nosotros mismos y con la tierra. Descolonizar es ser no binario.
Hace poco, otra persona Indígena me dijo que considerara el concepto de identidad como la piel de una serpiente, que hay que mudar esa piel una vez que la has superado y hacer crecer una nueva que te proteja para la siguiente era de crecimiento. El género provoca esa misma necesidad de desprenderse de las etiquetas que hemos superado, especialmente las que proceden de definiciones establecidas e influidas por la colonización. ¿Puede la elección de no ajustarse a las normas de género ser una rebelión activa contra la colonización?
Para mí, el género es mi poder sexual y espiritual recuperado. Es la dualidad de energías y mi conexión con la tierra. Ser chican/x es cómo he re aprendido a ver el mundo, y ya no estoy limitada a cómo me ve el mundo. Significa todo y nada para mí. Mi género será redefinido o incluso obsoleto en el futuro. Mi género, mi cultura y mi cuerpo moreno en existencia son revolución.
Estoy agradecidx por quienes han pasado por mi vida y han roto las normas y los binarios de género/identidad viviendo su vida genuina. Salirse de la norma es ser visto como diferente o incorrecto por muchos de nuestros iguales, inseguros de lo que es tradicional para nosotros como Pueblos Indígenas y de lo que se nos impuso a través de la colonización. ¿Cómo esperamos entender y crecer cuando estamos confinados en un lugar con cuatro paredes que nos rodean?
A veces sigo confundidx sobre por qué la fluidez de la identidad debe ajustarse al género, pero también agradezco la energía de la naturaleza y de este universo que una y otra vez rompe nuestros limitados conceptos humanos sobre lo que la vida y el equilibrio pueden significar. La valentía que podemos encontrar en nuestra gente es asombrosa; estamos eternamente agradecidos por aquellos cuyas vidas son un acto revolucionario.
— El Colectivo PUES (Yaqui) es un grupo de escritores, grafiteros, artistas, modistas, músicos, artesanos, ecologistas y diseñadores gráficos de la zona sur de Tucson, Arizona. Su objetivo está enfocado en las formas tradicionales de comunicación, protegiendo su cultura de los medios de comunicación dominantes. El colectivo PUES es becario del programa de Becas a Jóvenes Indígenas de Cultural Survival.