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Un puente entre mundos en Siberia: Tatyana Vassilievna Kobezhikova

Por siglos, nuestros ancestros han sabido como pronosticar el clima, predecir cosechas futuras, y curar enfermedades con medicinas naturales. En nuestros sistemas tradicionales de creencia, el mundo es habitado por espíritus: el espíritu del agua, el espíritu del fuego, los espíritus animales, y los espíritus ancestrales. La gente siente una reverencia y respeto abrumador hacia estos espíritus. Parados como una fuerza entre las personas y las deidades poderosas, se encuentran los chamanes, que actúan como guardianes Tribales, líderes espirituales, y mediadores con lo que ahora llamamos sobrenatural. 


El chamanismo se origina en Siberia y aún es una parte crucial de las culturas Indígenas. Se cree que la gente se convierte en chamanes a través de la herencia o siendo escogidos por los espíritus. Se vuelven capaces de viajar a otros campos y ganar el poder de sanar a los enfermos, controlar el clima, comunicarse con los ancestros, predecir el futuro, entre otras habilidades. Tatiana Vassilievna Kobezhikova (Khakas) también es conocido como chaman siberiana y guardiana de la cultura Khakas. Ella es de Khakassia, una región montañosa del sur de Siberia, del clan Mungat, Syoska Akh Haskha. Es llamada Umai Ine (Mujer Arcoiris) en su idioma Indígena. Kobezhikova recuerda: “Habían cazadores y pastores en mi clan, como también chamanes, sanadores, y adivinos. Mis ancestros eran gente que conocía a la naturaleza y podían entender el lenguaje de las aves y animales”.


Kobezhikova es reconocida más allá de las fronteras de Russia y Khakassia. Ella colabora con científicos, arqueólogos, antropólogos, y psicólogos en innumerables proyectos. Fue una de las organizadoras del primer simposio en astroarqueología, un estudio interdisciplinario de técnicas astronómicas para establecer las estaciones, o el ciclo del año. Junto con otros chamanes del mundo, trabaja en proyectos ambientales y proyectos para la rehabilitación de herencia espiritual. El Consejo Internacional de Ancianos, del cual también es miembro, le otorgó una Orden de Buenas Acciones por su servicio.


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Tatyana Kobezhikova realiza un ritual del solsticio de verano en honor al Padre Cielo y hace ofrendas de comida sagrada a los espíritus.


Kobezhikova es reconocida más allá de las fronteras de Russia y Khakassia. Ella colabora con científicos, arqueólogos, antropólogos, y psicólogos en innumerables proyectos. Fue una de las organizadoras del primer simposio en astroarqueología, un estudio interdisciplinario de técnicas astronómicas para establecer las estaciones, o el ciclo del año. Junto con otros chamanes del mundo, trabaja en proyectos ambientales y proyectos para la rehabilitación de herencia espiritual. El Consejo Internacional de Ancianos, del cual también es miembro, le otorgó una Orden de Buenas Acciones por su servicio.

Una “Chica Inusual” encuentra su llamado


Kobezhikova nació en un ferry en el río Chulym en Khakassia al sur de Siberia, en un día caluroso de julio. Por suerte o coincidencia, un anciano Roma ayudo a la niña a llegar al mundo. En cuanto nació, un águila gigante aterrizó en un poste del transbordador, asustando a los caballos. Al ver esto, el hombre Roma le dijo a los padres de Kobezhikova: “Deben haber dado a luz a una bebé muy especial”. El mismo día, una gran tormenta golpeó como si la naturaleza estuviera reconociendo el nacimiento de un ser humano extraordinario. Se creía que una niña con poder chamanico nacería en esta familia, en un verano. Todos esperaban que el hermano mayor de Kobezhikova adquiriría el don, quien también había nacido en verano, pero fue Kobezhikova quien lo obtuvo.


El talento extraordinario de Kobezhikova se volvió obvio a una edad temprana. Podía ver espíritus, hablar con ellos, hacer ofrendas y adivinar la suerte. La gente en su pueblo notó el don único de Kobezhikova, como lo hizo un vecino que se convirtió en su guía al mundo de lo sobrenatural y compartió su conocimiento con su joven aprendiz. Kobezhikova recuerda: “Él era un hombre anciano y lo llamábamos Katyk. Pasamos juntos mucho tiempo y me enseño como hacer y alimentar el fuego. Me mostró como coser y descoser nuestro destino.  Solíamos ir a pescar y me enseñó cómo tratar apropiadamente a los espíritus del agua, cómo hablarles y qué decir”.


La plena comprensión y aceptación de su verdadera vocación no llegó hasta que Kobezhikova se casó y dio a luz a una hija. A la edad de 33 años, se enfermó seriamente y pasó algunos días en coma. Allí, entre la vida y la muerte, Kobezhikova se reunió con sus espíritus ancestrales, quienes le exigieron que se apegara a su poder heredado y asumiera la pandereta chamánica si decidía vivir. Kobezhikova explica, “Los chamanes no escogen su destino, solo se da. Cuando llega tu momento eres llamado, y por el resto de tu vida perteneces a ambos mundos, el de los humanos y el de los espíritus”.


La gente a menudo piensa en los chamanes como un tipo de magos que hacen que las cosas pasen con el poder de su mente. Pero incluso los chamanes más grandes no son diferentes de la gente ordinaria. Podemos encontrarnos con ellos en cualquier lugar, ciudad o pueblo. Ellos van de compras, usan transporte público, tienen teléfonos móviles, y combinan estilos de vida modernos con prácticas chamanicas tradicionales. “Como chamanes tenemos ya una mente abierta. Nuestra misión es ayudar a la gente y hemos estado haciendo esto por siglos. Para mí, una gran ciudad es lo mismo que la taiga. Las grandes ciudades poseen energía masiva, la cual puede doblar o triplicar la tuya. Al mismo tiempo, pueden magnificar tus miedos y puede ser destructivo,” dice ella. Kobezhikova cree que hay lugar para los chamanes en el mundo moderno, que sus poderes pueden restablecer el equilibrio que se ha perdido. “Hay cosas que nunca cambian. Los cuerpos y almas humanas necesitan energía curativa. Cuando la gente tiene que hacer una elección difícil, estamos aquí para ellos, podemos ayudarlos a escoger el camino correcto,” dice.


Al pasar del tiempo, se hizo claro para Kobezhikova que practicar el chamanismo aisladamente no era suficiente. “El declive de los valores junto con la pérdida de tradiciones y culturas y la actitud descuidada hacia la naturaleza y las tierras sagradas me obligaron a reconsiderar mi enfoque de mi trabajo. Así que empecé mi misión educativa. Viajé alrededor de los pueblos para realizar ceremonias y reunirme con la gente. Les hablé sobre la importancia de las tradiciones chamanes como hice cuando fui a conferencias y festivales científicos. En todas partes perseguí mi objetivo de llamar la atención sobre nuestros valores fundamentales entre personas de diferentes nacionalidades,” dice. Kobezhikova recuerda que esto fue el momento justo para reformar la percepción de la gente sobre la tradición chaman. “El chamanismo es una filosofía muy seria con un profundo significado. Combina técnicas sobre el arte de la vida, la ecología, y armonía con el pasado, presente y futuro, y el lugar de los humanos en el mundo”.

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Cuando el Último Leopardo de las Nieves se vaya


El leopardo de las nieves es un animal tótem para muchos Pueblos Indígenas de Siberia. Se cree que es una deidad que desciende a la Tierra para llevar los mensajes de los chamanes a los espíritus. Hay una antigua leyenda que dice que cuando el último leopardo de las nieves desaparezca, los Pueblos Indígenas dejaran de existir. Puede ser que sea solo una leyenda, pero la preocupación es real. El futuro de las culturas Indígenas en Sibera es incierto ya que cada vez menos y menos personas hablan sus propios idiomas y practican sus tradiciones ancestrales. Hoy en día, hay menos de 50 leopardos de nieve en toda Rusia, así que no es una sorpresa que Kobezhikova escoja educar activamente a la gente local y apoyar los esfuerzos de conservación local. “En tanto el leopardo de nieve este ahí, los Pueblos Nativos prosperarán,” dice.


Como chamán, Kobezhikova cree que cada mujer debe recordar su papel sagrado femenino. Ella dice: “Trabajo duro para persuadir a las mujeres jóvenes Indígenas de abrazar su potencial divino para traer una nueva vida al mundo y criar a un hijo. ¿De qué otra manera podemos asegurar el futuro de nuestras naciones Indígenas? ¿A quién más podemos transmitir nuestras tradiciones, nuestro lenguaje y nuestra identidad si no es a nuestros hijos? Un hijo es un nuevo vínculo en la cadena que conecta el pasado con el futuro. También aconsejo a las mujeres Indígenas a que no ocupen los lugares de los hombres y que mantengan el equilibrio en sus familias y comunidades. Cuando tanto los hombres como las mujeres conocen su lugar en el universo, el equilibrio del género se mantiene intacto”.


Además agrega, “Podemos hablar diferentes idiomas, pero pensar en el idioma nativo de uno es esencial, incluyendo pronunciar palabras, incluso por unos pocos minutos al día. Para entender cómo funcionan los diferentes lenguajes, intenta imaginar la manera en la que hablas ruso y la manera en la que hablas tu lengua materna. Notarás que los sonidos son diferentes, así como el ritmo, e incluso la manera en la que respiramos es diferente. Cuando hablas tu lenguaje Indígena, afirmamos nuestro cuerpo, nuestra energía Indígena al nivel de nuestro ADN.”


En armonía con la naturaleza


Cada chamán trae un mensaje al mundo que nos incita a todos a reconectarnos con la naturaleza. “No debemos olvidar que los humanos son creaciones de la naturaleza, así como cualquier otro ser viviente en la Tierra, pero pensamos en nosotros mismos como criaturas superiores que están por encima de los demás. La gente se levanta sobre las hormigas sin saber de quién es la organización más compleja. Mientras más intentamos subyugar a la naturaleza, más fuerte es la respuesta. Como productos de la naturaleza, necesitamos estar en sintonía con ella para vivir en armonía,” dice Kobezhikova. 


En los últimos años Kobezhikova ha estado trabajando en la organización de una ceremonia Internacional del Gran Fuego en Khakassia, que unirá a los chamanes de diferentes partes del mundo. Cada chamán que participa en la ceremonia traerá un pedazo de madera de su tierra. Juntos, harán una gran fogata y le pedirán a los espíritus a limpiar el mundo de las energías negativas y a sanar a la humanidad. “Cuando hagamos la Gran Fogata, nosotros los chamanes, uniremos nuestros poderes por el bienestar de toda la gente. Cada chaman tomará una chispa del fuego y lo llevará a su comunidad y esparcirá la energía curativa,” dijo.


En el mundo moderno que es dominado por la tecnología e inteligencia artificial, todos necesitamos una chispa curativa para que reconectarnos con la naturaleza. El conocimiento sobre vivir en armonía con el medio ambiente penetra en la cultura Indígena y es transmitida y protegido, gracias a los chamanes. Para muchas comunidades Indígenas alrededor del mundo, es la clave para la sobrevivencia cultural y la continuidad de formas de vida Indígena. Kobezhikova mantiene las tradiciones Khakassianas vivas y es un testimonio del hecho de que mientras los chamanes vivan y continúen practicando, la cultura y las tradiciones de Khakassianas no dejarán de existir.


-    Yana Sharbunaeva es Buryat del clan Khongoodor.
 

Foto superior: Un ritual de saludo al sol que se realiza al anochecer. Todas las fotos cortesía de Tatyana Kobezhikova.

 

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